Como ya hemos dicho en alguna ocasión, de una forma si se quiere simplista, la calidad de un parquet multicapa se define fundamentalmente por tres factores:
1) Calidad del tablero de base.
2) Seguridad y facilidad de instalación del clic.
3) La capa de uso.
En el parquet estos tres elementos han de estar bien compensados ya que un mal diseño, una mala calidad o una mala ejecución en la fabricación en cualquiera de ellos pueden dar al traste con un producto.
La capa de uso o capa noble es “lo que se ve” y por lo tanto por lo que el cliente final va a decidirse por uno u otro modelo de los que le proponga el profesional. Ignorando cuestiones técnicas como los procesos de secado de las maderas, el adhesivo utilizado para unir las lamelas al tablero base, los barnices, tintes o aceites que empleemos y como se apliquen, los diferentes tratamientos de ahumado, carbonizado… hay una cuestión que continúa siendo la más argumentada (probablemente la única por muchos) para afirmar la calidad de un parquet: el grosor de la capa de uso.
Como sabemos, el mercado del parquet flotante está sufriendo más que el de otras tipologías de producto del sector. Llevamos tres años de caída libre y esto ha provocado una competencia feroz en el mercado, un recorte de márgenes y como consecuencia un mercado (sobre todo en productos de calidad/precio medios) en el que se priman los precios competitivos frente a otros posibles argumentos de venta.
De la mano de esta situación y buscando una mayor competitividad, se han ido introduciendo productos con capas nobles que se sitúan en el límite que la normativa fija para que podamos hablar de parquet (2,5mm de capa noble). Pero lo que realmente deberíamos de preguntarnos, en este como en otros temas, es la importancia real que tiene el que un parquet flotante disponga de 3,2mm o de 2,5mm de capa noble.
En principio, la diferencia es clara en cuanto a la posibilidad de restauración por el uso de uno u otro, es decir, cuántas veces puedo lijarlo, que es el argumento que mejor entiende el usuario final.
Pero, si tenemos en cuenta que en la vida media de un parquet, este será lijado un máximo de 2 veces, ¿qué importancia tendrá si la capa noble es de 2,5mm o de 3mm? Realmente y a efectos prácticos, la repercusión de esta diferencia de grosor no define la calidad por encima de otros factores.
Poco a poco el mercado va admitiendo este tipo de productos como perfectamente fiables forzado, hay que decirlo, por las circunstancias. Los profesionales deberíamos empezar a superar el famoso dicho de “burro grande, ande o no ande”, al menos para un segmento determinado de los productos tipo parquet.
Como ya hemos dicho en alguna ocasión, de una forma si se quiere simplista, la calidad de un parquet multicapa se define fundamentalmente por tres factores:
1) Calidad del tablero de base.
2) Seguridad y facilidad de instalación del clic.
3) La capa de uso.
En el parquet estos tres elementos han de estar bien compensados ya que un mal diseño, una mala calidad o una mala ejecución en la fabricación en cualquiera de ellos pueden dar al traste con un producto.
La capa de uso o capa noble es “lo que se ve” y por lo tanto por lo que el cliente final va a decidirse por uno u otro modelo de los que le proponga el profesional. Ignorando cuestiones técnicas como los procesos de secado de las maderas, el adhesivo utilizado para unir las lamelas al tablero base, los barnices, tintes o aceites que empleemos y como se apliquen, los diferentes tratamientos de ahumado, carbonizado… hay una cuestión que continúa siendo la más argumentada (probablemente la única por muchos) para afirmar la calidad de un parquet: el grosor de la capa de uso.
Como sabemos, el mercado del parquet flotante está sufriendo más que el de otras tipologías de producto del sector. Llevamos tres años de caída libre y esto ha provocado una competencia feroz en el mercado, un recorte de márgenes y como consecuencia un mercado (sobre todo en productos de calidad/precio medios) en el que se priman los precios competitivos frente a otros posibles argumentos de venta.
De la mano de esta situación y buscando una mayor competitividad, se han ido introduciendo productos con capas nobles que se sitúan en el límite que la normativa fija para que podamos hablar de parquet (2,5mm de capa noble). Pero lo que realmente deberíamos de preguntarnos, en este como en otros temas, es la importancia real que tiene el que un parquet flotante disponga de 3,2mm o de 2,5mm de capa noble.
En principio, la diferencia es clara en cuanto a la posibilidad de restauración por el uso de uno u otro, es decir, cuántas veces puedo lijarlo, que es el argumento que mejor entiende el usuario final.
Pero, si tenemos en cuenta que en la vida media de un parquet, este será lijado un máximo de 2 veces, ¿qué importancia tendrá si la capa noble es de 2,5mm o de 3mm? Realmente y a efectos prácticos, la repercusión de esta diferencia de grosor no define la calidad por encima de otros factores.
Poco a poco el mercado va admitiendo este tipo de productos como perfectamente fiables forzado, hay que decirlo, por las circunstancias. Los profesionales deberíamos empezar a superar el famoso dicho de “burro grande, ande o no ande”, al menos para un segmento determinado de los productos tipo parquet.